En nuestras rutas con historia, seguimos revisando algunos de nuestros topónimos más llamativos y en esta ocasión le toca al “Cantal del Lladre”.

Este lugar, pasa desapercibido ante los senderistas, ciclistas y corredores que inician el recorrido por el Barranc de Malafí incluido en el sendero PR CV-168.

Sin embargo, es un lugar con mucha historia y con mucho misterio. Como introducción, es imprescindible recordar que dicho sendero (el Barranc de Malafí), ha sido hasta épocas no muy lejanas, la única vía de comunicación que tenían los pueblos de montaña con la costa. Por lo tanto, eran vía frecuentada por campesinos y neveros (quienes trabajaban en la industria del hielo) para llegar a Denia y vender unos productos y adquirir otros.

Dicho esto, es fácil comprender que a ese sendero le acompañen gran cantidad de historias y leyendas de moriscos y bandoleros.

Concretamente, el lugar que nos ocupa, el Cantal del Lladre, está rodeado de historia y también de leyenda. La leyenda nos cuenta que ésa roca proporcionaba a los bandoleros un lugar privilegiado para controlar sin ser vistos a los viajeros que iban tanto en dirección a la costa como a quienes se dirigían al interior. Por lo tanto, les aportaba el factor sorpresa tan necesario para llevar a cabo sus fechorías.

Cantal del Lladre

Cantal del Lladre al amanecer

Sin embargo, en este caso, la historia supera claramente a la leyenda en espectacularidad. De hecho, una vez conocida la historia, que ha dado para la publicación de una investigación histórica con tintes de novela, es fácil que te venga a la cabeza una versión cinematográfica de la misma.

La historia nos cuenta que una cuadrilla de treinta y cuatro bandoleros, con la ayuda de algunos vecinos de los alrededores, cometió un robo muy sonado en el pueblo de Benimassot a finales del siglo XIX, saqueando a todos los ricos del pueblo mientras éstos estaban en misa. El robo alcanzó los 55.000 reales de la época que, en la actualidad, supondrían cerca de 700.000€.

En su huida, emplearon la vía rápida que les llevaba hacia sus escondrijos, es decir, la ruta del Barranc de Malafí. Y eso fue descubierto días después del robo, cuando la guardia civil, siguiendo el rastro de los bandoleros, encontró unas monedas de oro y el cadáver de uno de los bandoleros (quizá disconforme con el reparto del botín), tirados junto a una peña: el Cantal del Lladre.

Muchas de las Rutas con historia de VIVEviuverd pasan por lugares como éste. Si vienes a disfrutarlas con nosotros podrás conocerlas todas, y si además eres un@ buen investigador@, quizá puedas encontrar alguna moneda de oro más…

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